Te leo.
Y no puedo evitar,
cada vez que lo hago,
encontrarme tras cada renglón.
Hablas de musas, diosas que te roban el corazón.
Yo, ciega por amor,
sueño que te refieres a mi.
Cada texto,
son trocitos de tus sueños.
Yo,
sueño que cada renglón,
cada paabra,
cada suspiro que plasmas en el papel,
tenga como destino cada parte de mi ser.
¿Sabes?
Te amo,
igual que tu me amas,
pero somos tan cobardes que no hacemos nada.
¿Sabes?
Me gusta ser cobarde.
En mis sueños, somos felices.
Estamos juntos,
nos amamos.
Pero es un sueño,
y los sueños son para siempre.
Por eso, lo único que te pido:
Nunca dejes de hacerme soñar.