martes, 13 de octubre de 2009


Me acurruco en mi cama cansada de pensar, de sentir que la vida avanza, continua, sin poder pararla.
Quisiera acabar con todo, detener las agujas del reloj, sentir que no tengo limitaciones, que nada acaba.
Pasarme una eternidad contemplando las estrellas; saborear el dulce y placentero sabor del helado de chocolate que nunca acaba; acostarme bajo la intensa lluvia; ver cien veces la misma pelicula, sentirla, reir, llorar...
Pero todo se convierte un una bonita utopia.
Yo, que sigo acurrucada en mi cama, egoista con migo misma, me pierdo entre lagrimas saladas, me desvanezco entre las sábanas.

1 comentario:

  1. Uff... en muchísimas ocasiones el Peter Punk que llevo dentro ha sentido unas ganas terribles de romper relojes (especialmente el despertador) y escapar de los horarios esclavos... Pero, como dices, todo es una bonita utopía. Hay que levantarse y disfrutar de lo bueno que haya (que lo hay, aunque a veces no abramos suficiente los ojos como para verlo).

    Un saludo ;)

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